domingo, 28 de agosto de 2011

16

Blanco y rojo tu color, así es tu corazón. El corazón de Nervión.


Tu zurda de caramelo, juega en un club divino que es de altos vuelos, pues la cláusula tuya la pagó el cielo. ¿Por quién fichaste? Aquel trozo de césped ahora es albero. Otra imagen de culto pa mi Sevilla.
#16

viernes, 26 de agosto de 2011

:)

Sonreír. Smile. Sourire. Sorriso. Lächeln. Mosoly. Tbissima. Gülümseme. Smil. Hymy. Glimlach. Ridet. Usmiech. Leende. Sonreír... :) 


jueves, 25 de agosto de 2011

Esperar. Besos. Insuficientes.

Lo bueno se hace esperar.
Eso dice el refrán, ¿no? Esperamos y esperamos. Esperamos de todo en esta vida, esperamos agradecimientos, notas, correos, regalos, mensajes, llamadas, dinero... Esperamos.
Pero son cosas sin importancia. Lo verdaderamente importante, es esperar a una persona, con todo lo que ella acarrea: palabras, caricias, miradas, besos... Besos.
Todo el mundo dice que los mejores besos son los robados. Mentira. Los mejores besos son los que no se dan, una y otra vez, durante mucho tiempo, hasta que al final, brotan a los labios que tanto los esperó.
Y brotan con ganas, con suavidad, con fuerza, con cariño, con nerviosismo, con seguridad, con todo a la vez y más. Más y más. Uno tras otro, todos aquellos que durante años fueron reprimidos. Y aún así, todos fueron insuficientes... Insuficientes.
Insuficientes las palabras. Por más que se intente explicar, siempre serán insuficientes. Satisfacción, felicidad, regocijo, alegría, orgullo, triunfo... Llamadlo como queráis, pero para explicar la sensación de conseguir un beso que esperaste durante tanto tiempo, cualquier palabra es completamente insuficiente.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Adictos a la adicción

Adicción.
¿Quién no ha sido, o es, adicto? Y no hablo de ser adicto a algo, sino ser adicto a alguien. Incluso, me atrevería a decir que, ser adicto a alguien, es peor que ser adicto a algo.
Piénsenlo, es peor. Ser adicto a alguien te hace adicto a muchos algos. Besos, miradas, caricias, charlas...  Aunque lo peor aún es que ni siquiera luchamos por dejar el vicio, nos encanta ser adictos a la adicción.
Y es que llega un momento en la vida de toda persona, en el que pasa. No sabes ni cómo, ni en qué momento, ni porqué. Pero pasa.


+ Eres como una droga para mí. Has marcado un antes y un después, y lo peor es que quiero más. Me estoy volviendo adicto a ti.
- Yo también quiero más de ti otra vez, no me voy de aquí sin besarte, aunque sólo sea una vez más.


Adicción.

viernes, 19 de agosto de 2011

Cómo autometerse en un lío (y no querer salir de él)


+ ¿Te has sonrojado? ¿Otra vez?
- Sí, otra vez.
+ Voy a conseguir un récord, ¿habrá premio, no?
- ¿Qué tipo de premio?
+ Quiero un beso.
Me dijiste que debía ser dura. Ahora me pides que te bese. Entonces, ¿cómo debo ser?
Y si me sonrojo por lo que dices, ¿qué? ¿Qué quiere decir eso? No busques trasfondos, no busques lo que quieres ver...
Sólo soy una chica a la que gusta oír cosas bonitas, una chica a la que le gusta ver cómo alguien está pendiente de ella, pensando en ella, incluso me atrevería a decir que, echándola de menos.

Sin embargo, no puedo negar lo evidente... Aparecen cada vez con más frecuencia unas ganas que parecen decir, "adelante", pero yo siento que me estoy metiendo hasta el cuello, y que, para más inri, tengo las manos atadas. No puedo dar marcha atrás, aunque tampoco lo intento, no sé, me estoy haciendo un lío, pero, ¿tú me entiendes, no? No quiero hacerte daño.
+ Ya, ya. No pasa nada. Lo sé :)
- :)





miércoles, 17 de agosto de 2011

Casualidades

La gente habla del destino, del azar, una casualidad por aquí, una casualidad por allá. Pero, ¿de verdad existen las casualidades?
Siempre he sido de las que piensan que, todo lo que pasa, pasa por algún motivo. Y me dirán que no, que tal día, en tal sitio, una vez tal, pasó tal cosa, con tal persona, y que no, que sólo fue casualidad.
Se equivocan. En realidad, ni siquiera ellos mismos creen que fuera una casualidad, lo que ocurre es que el motivo no se ve a simple vista, no se encuentra, se esconde... Y achacan todo al caprichoso destino, al sino humano.

Que no sepamos el motivo, no quiere decir que no exista. No todas las estrellas se ven, pero todas las estrellas brillan.