sábado, 24 de diciembre de 2011

lunes, 19 de diciembre de 2011

Algo.

Algo se activa. Algo se enciende. Algo empieza.
Siempre aparece, en el momento que menos piensas, pero lo hace, siempre. Ese algo que hace que te actives de nuevo, que vuelva a encenderse tu corazón, que retires todas las cuentas viejas, hagas borrón, y empieces una vez más, de cero.
Reconstruirte una y otra vez, hacerte a ti misma de nuevo recogiendo cada pedazo que quedó. Sin saber cómo, ni cuándo, pero lo haces. Por ti, por tus amigos, por algo.
Y de nuevo ahí está, ese algo que te empuja a confiar una vez más, arriesgándote a que sea de nuevo un error, pero aún así, confías. Y confías porque algo te dice que lo hagas.
Y ya está, sin saber muy porqué te ves de nuevo ahí, igual, pero distinto. Mejor, feliz, alegre, con ilusión. Y confías, y esperas. Esperas que lo único que pase es que no sea algo más que olvidar. Que sea, simplemente, algo más.


Y cuando menos te lo esperas, va un rayo de Sol, y te toca la cara. Por fin.




lunes, 12 de diciembre de 2011

Miedo.

"Lo que pasa muchas veces, es que no nos dejamos llevar, no disfrutamos, y es por miedo. Las personas sentimos miedo de enamorarnos...
¿Cuántas veces hemos dicho
"¡¡no quiero saber nada más de ningún tío o tía en mi vida!!"? Muchas, muchas veces.
Tenemos miedo de enamorarnos, siempre tenemos miedo de si irá bien, si te quiere de verdad, miedo de si te es fiel o no. Tenemos miedo. Pero es que la vida es eso, tropezarse y levantarse, tropezarse y levantarse, una y otra vez, y decir: no tengo miedo."




Lo guardo en silencio, voy a dejar que pase el tiempo...


martes, 6 de diciembre de 2011

Cosas que se aprenden.

He aprendido que los amores pueden llegar por sorpresa, quedarse por tiempo ilimitado, o terminar en una noche. Que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable. Que el nunca más, nunca se cumple, y que el para siempre, siempre termina. 
He aprendido que el que quiere, puede, sigue y consigue. Que el que arriesga no pierde nada, y el que no arriesga, no gana, está perdido incluso antes de entrar en juego.
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