Siempre aparece, en el momento que menos piensas, pero lo hace, siempre. Ese algo que hace que te actives de nuevo, que vuelva a encenderse tu corazón, que retires todas las cuentas viejas, hagas borrón, y empieces una vez más, de cero.
Reconstruirte una y otra vez, hacerte a ti misma de nuevo recogiendo cada pedazo que quedó. Sin saber cómo, ni cuándo, pero lo haces. Por ti, por tus amigos, por algo.
Y de nuevo ahí está, ese algo que te empuja a confiar una vez más, arriesgándote a que sea de nuevo un error, pero aún así, confías. Y confías porque algo te dice que lo hagas.
Y ya está, sin saber muy porqué te ves de nuevo ahí, igual, pero distinto. Mejor, feliz, alegre, con ilusión. Y confías, y esperas. Esperas que lo único que pase es que no sea algo más que olvidar. Que sea, simplemente, algo más.
Y cuando menos te lo esperas, va un rayo de Sol, y te toca la cara. Por fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario