Siempre he sido de las que piensan que "las casualidades no existen, todo pasa por algo, aunque no lleguemos a ver el porqué de ese algo". Sin embargo, de pronto ocurre. Llega alguien, que hace que te replantees lo que tú pensabas que tenías ya bien afianzado. ¿Y si es cierto, y todo se debe a una casualidad?
Casualidad de ese día, ese sitio, ese plan. Casualidad que fuese yo, casualidad que fueras tú. ¿Casualidad?.
He decidido que no me importa, no quiero pensar que fue el destino, no quiero pensar que fue una casualidad. ¿Qué más da? Casualidad o no, destino o no, todo esto es sencillamente perfecto.
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