No. No te echo de menos hoy. No te eché de menos ayer, ni antes de ayer. Ni siquiera te eché de menos la semana pasada, ni hace dos semanas.... Te llevo echando de menos desde el momento en que mi portal fue testigo de aquel adiós, con los ojos vidriosos, hace ya mucho tiempo.
El caso es que no me he dado cuenta hasta ahora, o quizás sí que me di cuenta antes, pero en defensa de mí misma, miré hacia otro lado. Era mejor no saber que te echaba de menos, compréndeme.
Hoy sí lo sé, y mis ojos también.
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